viernes, 11 de noviembre de 2011

"La Misión" (Emmanuelle Arsan)

Aprovechando lo que contábamos hace poco de “Vanna” y de la necesidad de consultar textos originales de Marayat mientras se van leyendo sus libros traducidos, he aprovechado la ocasión para adquirir uno que me faltaba (procuro siempre que sean primeras ediciones, por aquello de la exactitud de los datos y del coleccionismo particular: en este caso concreto, está muy bien la bibliografía que se incluye, y el detalle de que se anuncia “La Siamoise Nue” como un libro de memorias en preparación, nada menos), y así amplío de paso la documentación de volúmenes portugueses, aunque de momento no me lo haya vuelto a leer... porque es un libro de rocambolesca historia, cuyas andanzas históricas ya conté aquí:

http://hazgonzalez.blogspot.com/2009/08/il-terzo-libro-emmanuelle-en-roma-y-la.html

Por lo tanto, de lo que hablamos ahora es exclusivamente de este “Chargée de Mission” (que según parece, se traduce literalmente por “Encargada de Misión”, con lo cual el ligero cambio de traducción del título en castellano no es en absoluto censurable) que tantas vueltas ha dado, cuya primera edición parece que es la de Belfond, de septiembre de 1991, y cuya portada es la siguiente:
Por una de esas chiripas de la vida, en ese mismo momento se estaba editando en España una colección de novelas eróticas por parte de Ediciones Robinbook (según creo, dirigida por Rubén Solís Krause), y alguien tuvo la feliz idea de comprar los derechos de este libro y traducirlo. La ficha técnica y la portada son las siguientes:

-La Misión. (1992)

Primera (y única) edición en España de “Chargée de Mission”. Tapa blanda, publicado en 1992 por “Ediciones Robinbook, SL”, dentro de la colección “Narrativa erótica”. Traducción de Ramón Hervás. Portada: negra, con el dibujo de la cara de una mujer hecho por Seiji Nakamura (el nombre “Emmanuelle Arsan”, título “La Misión” y editor “Robinbook” en blanco -letra “L” de “La Misión” en amarillo-, y las palabras “narrativa erótica” en negro sobre fondo rojo). 194 páginas, 13’5 x 21’5 cm.
Y por otra de esas mismas carambolas, en el país luso decidieron hacer lo mismo, y editarla en portugués ese mismo año (aunque como bien se especifica en el volumen, la venta estaba prohibida en Brasil). Ficha técnica (algunos circunflejos no están bien colocados debido a mi teclado español, empezando por el del título) y portada, aquí:

-Missâo Secreta. (1992)

Primera edición (y parece que única) en Portugal de “Chargée de Mission”. Tapa blanda con solapas, publicado en 1992 por “Ediçâo “Livros do Brasil” Lisboa”. Traducción de Eduardo Saló. Portada de A. Pedro: dibujo o fotograbado en blanco con fondo negro de una mujer desnuda vista de frente, con el título en rojo y en mayúsculas “Missâo Secreta” en la parte superior, el nombre de la autora “Emmanuelle Arsan” en amarillo y en mayúsculas justo debajo, y el nombre de la editorial “Ediçâo “Livros do Brasil” Lisboa” también en amarillo y también en mayúsculas (en un tamaño más reducido) en la parte inferior. 264 páginas, 14’5 x 21 cm.
Como he dicho, no he vuelto a leérmelo, entre otras cosas porque tengo otros mucho más interesantes entre manos, y sobre todo porque esta novela no es ni mucho menos la más memorable de Marayat (entre otras cosas, porque no es suya del todo, y cuanto más la lee uno más lo nota), y ya es curioso de por sí que el momento histórico hiciera que fuese precisamente esta una novela tan traducida de inmediato (ojalá hubiese pasado lo mismo en 2003 con “La Siamoise Nue”, diablos). Como además en su momento tomé las pertinentes (y escasas) notas (creo que en portugués y sin original, así que se ha hecho lo que se ha podido), pues eso, que ahora mismo no tengo ninguna prisa por releerlo, así que anotado queda aquí como mandan los dioses, que es lo que cuenta: en la próxima ocasión (que sin duda la habrá), lo haremos como debe ser, es decir, leyéndolo y comparándolo con “Emmanuelle a Rome”, para saber si las frases escogidas son exactamente de Marayat o no (que uno sigue siendo muy pejiguero, después de todo).

“La fidelidad, en el sentido estándar del término, es reducir al ser amado a la indigencia.”

“A ondas lentas, Lía perdió poco a poco toda noción del mundo que la rodeaba, ascendiendo hacia un paraíso en el cual dios puede verdaderamente existir sin tener que castigar.”

“Lía hubiera podido expresarse en profundidad, decirle que ella no se detenía ante un físico ingrato -pese a que como esteta buscara la belleza- cuando presentía, detrás de aquella apariencia, una sensibilidad vibrante, una sensualidad refinada. Pero todo, en ese hombre, no le suscitaba más que repulsión. Sabía por instinto que él era un ser hecho de cinismo y cobardía, dispuesto a las peores bajezas para conseguir su objetivo.
No, no tendría nada de ella, quien, de la vida, no recogía sino las más preciosas rosas.”

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