viernes, 16 de marzo de 2012

Columnas "Última Hora" enero

Nos desperezaremos un poco de este invierno que se termina, y empezaremos por saludar a la primavera recuperando las columnas del pasado mes de enero, que a estas alturas todavía no han aparecido por aquí.

-“X-art.com (2)”: jueves, 5 de enero de 2012.

A veces, la vida te da sorpresas de lo más sorprendentes, y valga la redundancia: pasmado me quedé al ver la reacción que había suscitado en mucha gente la columna que escribí hace unas semanas respecto a la magnífica página web X-art.com (un portal de pago donde se hace cine para adultos con muy buena mano y magnífico arte, de ahí el nombre). Entre muchos de los comentarios que oí al respecto, o que me llegaron a través de terceros (desde el clásico “no me digas que a este tipo le pagan por escribir estas cosas” hasta el también clásico “qué morro, recomendar una página web, seguro que es publicidad encubierta y le patrocinan ellos”, que ojalá fuera cierto) me llamaron la atención sobre todo los que, con un tonillo entre indignado y divertido, se preguntaban cómo era posible que en un periódico serio se dignasen a publicar cosas semejantes...
En casos como este, me viene a la memoria una frase que me dijo el mismísimo José Luis Sampedro una vez, cuando durante una entrevista le llamé la atención acerca de lo sensualmente explícito que resultaba siempre el mundo del Eros en sus novelas... y antes de que yo pudiese añadir nada más, él me dijo con una sonrisa: “oiga mire, es que, a mí, ese asunto me interesa”. Y desde entonces, decidí apropiarme la frase, precisamente para poder usarla cuando alguien me pregunta no ya por qué escribo cosas como las que escribo, sino por qué decido publicarlas y difundirlas: lo hago, simplemente, porque me interesa, y porque creo que hay personas a las que también puede interesar... Y la verdad es que estoy más que contento de que haya periódicos que, como este, se interesen también por el asunto, y decidan darle voz. Porque desgraciadamente, tampoco se crean que hoy día haya tantos dispuestos a ello.

-“Háblame de amor”: jueves, 19 de enero de 2012.

Éste es el sugerente título de la edición española de las memorias de pareja en cómic de dos pesos pesados como son Robert Crumb y su pareja (35 años juntos, que se dice pronto) Aline Kominsky-Crumb, dibujadas a la vez por ambos, y que acaba de publicarse en una cuidada edición integral de la mano de Ediciones La Cúpula. Un ejercicio autobiográfico verdaderamente original (como bien dicen ellos mismos, son probablemente la única pareja que se ha atrevido a hacer una cosa así en el mundillo del noveno arte), donde se dedican a desgranar sus intimidades más íntimas (y valga la redundancia) con alegría y buen humor, sin descuidar claro está las grandes y variadas dosis de ese Eros al que son tan aficionados.
Y es sin duda todo un placer asistir a algo así, puesto que Crumb ha sido vilipendiado a menudo por las feministas debido a su (¿particular?) visión de las relaciones íntimas y de sus (¿enfermizas?) obsesiones. Y lo que los autores dejan bien claro es precisamente que lo que más les importa a ellos dos es vivir como les da la gana, en cuestiones de vida y en cuestiones de cama, mostrando sin pudor tanto sus complejos comportamientos como su manera de disfrutar (ambos mantienen una relación abierta, lo cual queda del todo patente, y son más que felices). Por eso, “¡Háblame de Amor!” se disfruta de muchas formas, pero sobre todo, se disfruta como un canto a la libertad y a la alegría de vivir, que es algo que muchas parejas “modernas” y “liberadas” desearían poder hacer.
Como siempre, en estos tiempos del “políticamente correcto” es reconfortante saber que algunos de nuestros genios se dedican simplemente a vivir su vida (y su Eros) como mejor les parece, y encima, no lo ocultan en absoluto.

-“Espermeras”: viernes, 27 de enero de 2012.

Créanme que esta vez me he devanado los sesos para dar con alguna palabrilla que denomine esta profesión, y que sintetice al mismo tiempo las funciones de quienes ejercen semejante trabajo... ya que, según parece, en China se ha instituido como profesión legal. Profesión legal que consiste nada menos que en ayudar (de manera muy aséptica, y debidamente protegidas tanto de forma legal como física) manualmente al varón que desee realizar una donación de su esperma.
Ante las caras de asombro que debe de haber suscitado el asunto entre los lectores, tengo que aclarar que no he contrastado la información debidamente (entre otras cosas, porque ni hablo mandarín ni tampoco me he desplazado al país asiático para comprobarlo de primera mano), y que además hay vestigios de tan noble manipulación que se remontan a mucho antes de lo que la gente cree (dejando aparte ciertas informaciones sin fundamento que corren por la red, un tanto folklóricas). Sin embargo, y más allá de polémicas de autenticidad o de rasgones de vestiduras, hay una moraleja en el tema que no deja de ser interesante.
Y es que, científicamente, se sabe que el esperma obtenido mediante la ayuda del respectivo cónyuge, es mucho más sano (y por lo tanto, mucho más efectivo) a la hora de ser utilizado en las técnicas de fecundación. ¿Y por qué? Pues porque, simple y llanamente, las relaciones humanas (y entre ellas, la concepción) son mucho más que “poner una semillita”, ya que son múltiples las hormonas y demás elementos necesarios para que todo el conjunto sea rico y completo.
Así pues, si las “espermeras” no existen, sin duda deberían inventarse, tanto en beneficio de la ciencia como en el del placer del sujeto pasivo.

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