Un largo y cálido (y merecido) julio...

Cierto, ha habido poca actividad últimamente por estos lares, pero precisamente por eso (por los líos, viajes, bodas, carreras laborales de última hora...), me moría de ganas de que llegase este momento: un julio caluroso, descorchar los albores del verano de la misma manera que me han destapado los oídos hoy (desventajas de la natación), y disfrutar de una merecidísima languidez de estío después de este año tan requetefrenético, con la satisfacción de los deberes cumplidos y las esperanzas encaminadas... y mejor encaminadas de lo que jamás han estado nunca, por otra parte.

A falta de una nota (que tampoco me preocupa), hemos superado para bien la primera mitad del máster, al tiempo que hemos liquidado el advanced 1 de inglés con un 7 de media (y ya nos hemos matriculado para el año que viene, mediante la inestimable ayuda de mi hermana). Ahora, afrontaremos el próximo curso desde un punto de vista más relajado, que para algo somos ya veteranos en las lides...

Porque lo que es ahora, a lo que pienso dedicarme es a mi Círculo Tercero, después de que la presentación en sociedad del Segundo, en la pasada Feria del Libro de Madrid, haya sido todo un éxito de ventas y públicos (entre pitos y flautas, vendimos más de 200 ejemplares de mis libros, y si bien no hubo multitudes ansiosas, sí hubo gente que vino a buscar el Segundo porque le había encantado el anterior). Lo dicho, éxito rotundo, merecidas vacaciones...

Así que, ahora, a trabajar en lo que realmente importa, que nos lo hemos ganado.